El perro lobo Checoslovaco es una raza que se originó por cruces de Pastor Alemán de trabajo y lobos de los Cárpatos, con la finalidad de conseguir perros con cualidades para la vigilancia. Por lo tanto a parte de su aspecto fascinante, que recuerda al lobo, por morfología, pelaje, colores y textura del pelo, también hereda del lobo, su resistencia, olfato impresionante y un carácter muy marcado.
El contacto entre los miembros de la ‘manada’ y la estructura social, son cruciales para tener ejemplares emocionalmente equilibrados. Por lo tanto, en esta raza es especialmente importante su socialización.
Muchos ejemplares son animales desconfiados y sigilosos, donde solo entregan la confianza a los miembros de la ‘familia’. De manera que es básico, guiarlos correctamente desde pequeños, para conseguir ejemplares con un buen equilibrio mental. Para ello es necesario saber comunicarles, mediante los distintos mecanismos de interacción, de manera que consigamos ejemplares que se relacionen con naturalidad entre congéneres y humanos. Es necesario también saber interpretar sus intenciones y comunicarles las nuestras. Esto significa que, como marcan sus genes, son animales sumamente sociales, por lo tanto es muy importante transmitirles la jerarquía de manera noble, ponerles unas normas, para indicarles un cauce y la vez, ofrecerles nuestros cariño, para conseguir animales que convivan con harmonía. Esta es realmente la gran responsabilidad que implica criar y mejorar esta impresionante raza.